La Paz, 24 jun.- Este lunes, 24 de junio, la Policía Boliviana cumplirá 199 años de vida, casi 200 años de cambios profundos con el fin de avanzar hacia la institución que el país espera. Más cerca de la población que las Fuerzas Armadas, el Verde Olivo es el fruto de la visión militarista, en su concepto de disciplina y sin derecho a la opinión, y resultado de la democracia, como entidad que tiene mando único y presencia territorial nacional. Ergo, también es joven, desde hace poco más de 40 años tiene rasgos modernos.

“La Policía emerge del propio pueblo porque somos el pueblo vestido de uniforme. Estoy plenamente certero de que las competencias se han ido acumulando a partir de la estructura firme que surge desde la propia consolidación de la Academia de Policías porque hemos sufrido una serie de intervenciones, una serie de cambios para ser organizados”, dice el viceministro de Régimen Interior y excomandante del verde olivo, Jhonny Aguilera.

La institución se ha organizado después de 100 años

La Policía Boliviana fue creada mediante una ley dictada por el Libertador Antonio José de Sucre. Al inicio, la institución se conformaba de una especie de rondines que se encargaban de prender las luces en la época colonial. Su papel tenía relación con las primeras luces sobre el concepto de orden y seguridad.

Los efectivos tenían a su cargo la seguridad, patrullaje, disturbios civiles. También tenían a su cargo sobre la vigilancia de tránsito ya investigación criminal, pero cada una tenía una estructura y mandos diferentes. Un primer paso en la transformación de la Policía fue la creación de la Academia Nacional de Policías (Anapol) el año 1937, en el gobierno del presidente David Toro. Sus egresados eran conocidos como carabineros.

Aguilera dice que, anteriormente, la Policía era una especie de apéndice de las Fuerzas Armadas porque no tenía mando único. Los policías tenían dependencia prefectural o municipal y la presencia policial estaba determinada por la población urbana, es decir en capitales, mientras que en las provincias prácticamente era ausente. Estaba conformada por personas que habían asistido a las guerras o que eran de las FFAA y formaban los cuerpos de carabineros.

En otras palabras, la Policía Boliviana se encontraba disgregada, dispersa en distintas instituciones, por ejemplo, Aguilera dice que había una escuela de investigación criminal, además, funcionaba la Dirección de Investigación Nacional, mientras, Tránsito tenía competencias vinculadas fundamentalmente a municipios.

“La Policía ha ido cambiando de nombres como de funciones a lo largo de su desarrollo, hasta entender que hoy día cumplimos unas labores de carácter integral como establece nuestra Constitución Política del Estado”, asegura Aguilera.

Aguilera menciona que el impulso decisivo para el inicio de la transformación policial se dio precisamente como fruto de la recuperación de la democracia, en 1982, en el gobierno de Hernán Siles Zuazo, que definió convertir a la Policía en una institución con mando único.

“A partir de ahí se crea una ley orgánica de la Policía Boliviana, que permite la conjunción de estas fuerzas y crea una Policía con un mando único y con funciones indivisibles”, relata la autoridad.

El artículo 2 de la Ley Orgánica de la Policía, promulgada en abril de 1985, señala: “La Policía Nacional tiene a su cargo la totalidad de la actividad policial; centraliza bajo un solo mando y escalafón único los organismos policiales mencionados en el artículo 215 de la Constitución Política del Estado, con la finalidad de cumplir las funciones específicas que le asignen las leyes y reglamentos”.

Este mando único quiere decir que Bolivia, en comparación con lo que ocurre en otros países, tiene policías para todo el Estado. Por ejemplo, en Chile se tiene a la PDI, a los carabineros; en Argentina a policías municipales, la Policía Federal, al igual que Brasil.  “Nos hace únicos porque el mando es indivisible y las competencias son solamente para una estructura conformada en este momento por 37.800 hombres y mujeres, cuando hablo de esto es que tenemos la capacidad de coordinar en todo el territorio boliviano, no tenemos que estar pidiendo otra institución que efectúe estas labores”, dice.

Sin embargo, reconoce que, si bien no se tiene una información centralizada, que dice que es una ambición, se tiene la ventaja y la capacidad de movilizaciones rápidas en el territorio.

Aguilera menciona que la institución se ha organizado después de 100 años, gracias a la profesionalización de la gente que conforma a la Policía. Este se convierte en otro hito.

Ahora la formación de la Policía no termina en el rango de coronel, porque antes pocos tenían la oportunidad de llegar a ser generales. Para Aguilera es un hito que el 2009, cuando se cambió la competencia de la Policía Nacional en Policía Boliviana, se alcanzó el reto de la carrera de generales. Es decir, un funcionario de la Policía puede ser General Mayor, General Primero, General Director. La carrera fue ampliada por lo menos en tres años más.

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