“Cual gigantesco museo a cielo abierto, estratos y afloramientos fosilíferos de todas las épocas geológicas en islas y lugares adyacentes a la cuenca lacustre —del Titicaca— relatan la historia más antigua que pueda imaginar el hombre”, dice el investigador Guillermo Lange.
Él considera que la forma íntegra y simbología general del Titicaca, el lago más alto del mundo, sólo puede ser contemplada en todo su esplendor, belleza y magnitud desde una considerable altura, lo que permite deducir que es un “señalizador planetario”, convirtiéndose en el lugar más sagrado de los Andes.
Se tienen registros arqueológicos sobre la edificación de una serie de sitios ceremoniales líticos en casi toda la región lacustre y de los rituales que se cumplían en sus islas.