Cada 10 de noviembre se recuerda el aniversario cívico del departamento de Potosí en homenaje a la gesta libertaria del 1810. Potosí es una ciudad legendaria, durante la época colonial gozó de inmenso renombre por la ingente cantidad de plata que fue explotado desde el interior del Cerro Rico, a cuyos pies aún se escribe la histórica de esta ciudad.
Potosí conmemora el levantamiento de sus habitantes en armas y la toma de prisionero al gobernador español Francisco de Paula Sanz. Las fuerzas libertarias estaban encabezadas por Manuel Molina, los hermanos Nogales, Salvador José Matos, Melchor Daza, Mariano Subieta y los hermanos Millares.
Pese a su ahínco, las fuerzas libertarias fueron derrotadas en Potosí por una contraofensiva española. Después de esa derrota, los promotores del levantamiento de 1810 fueron perseguidos, sañudamente, especialmente los hermanos Nogales y Millares.
En homenaje a la valentía de los rebeldes independentistas, el 10 de noviembre es el aniversario cívico del departamento de Potosí, cuya extensión es de 118.218 kilómetros cuadrados y que goza de la reputación de ser una de las ciudades más altas del mundo (situada a 3.976 metros sobre el nivel del mar), junto a Lhasa, en el Tibet.
Historia de la fundación de Potosí
Las minas de plata, cuyo descubrimiento dio pie a muchas leyendas, fueron la base para el establecimiento de la ciudad de Potosí, a los pies del Cerro Rico. Fue fundada el primero de abril de 1546 por don Juan de Villaroel, los capitanes Diego de Centeno y Santandia, y el Maestre de Campo Pedro Cotamito. A Juan de Villaroel se le confirmó como Descubridor del Cerro y fundador de la Villa de Potosí por el Rey de España Carlos V, mediante cédula de 28 de Enero de 1547, en la que además se le concedió a la naciente población el título de Villa Imperial y se le designó el escudo de armas que debía servirle de blasón.
Después de su fundación, la ciudad comenzó a crecer desordenadamente, a medida que llegaban aventureros y forasteros atraídos por la fabulosa riqueza de las minas del Cerro Rico. Hacia el año 1560, Potosí se había convertido en una de las ciudades más prósperas e importantes del Nuevo Mundo y su población de entonces (unas 160 mil personas) se dice que superaba a las de París o Londres.
Potosí fue la posesión más preciada de la corona española. Sus minas producían ingentes cantidades de material que sirvieron para enriquecerla y consolidar su expansión en los territorios del nuevo mundo.
Su actual arquitectura colonial es apenas un pálido reflejo de la importancia que tuvo en los siglos XVI y XVII. Potosí vivía en tal opulencia, que la hacía la ciudad más cara y fastuosa del virreinato del Perú. Teatros, mercados con productos de todo el mundo, comercio interior intenso, forasteros y aventureros, prostitución y juego eran la atmósfera habitual de esta gran metrópoli minera, que con los años vio decaer su importancia y riqueza. Empero todavía la explotación minera, especialmente de estaño y tungsteno, es una de las principales actividades del departamento en la actualidad.
Leyendas del Cerro Rico de Potosí
De acuerdo con muchos cronistas coloniales, cuando el Inca Huayna Kapac envió gente a trabajar a las minas del Sumaj Ork’o (que quiere decir montaña majestuosa), se oyó un espantoso estruendo y una voz que dijo:”No saquen plata de este cerro, porque será para otra gente”. Asombrados y llenos de miedo, escaparon del lugar repitiendo la palabra "Pptojsi", que en idioma quechua significa “reventar”. Esto sucedió 83 años antes de la llegada de los españoles a Potosí.
Existe otra versión que indica que la palabra Potosí deriva del vocablo aymara-quechua "Pptoj", que significa “brotar”, lo cual se justifica por el gran número de manantiales que rodean las faldas donde está edificada la ciudad.
La leyenda dice que en 1545, el indio Diego Huallpa andaba por los contornos del cerro buscando a unas llamas perdidas y, al arrancar unas matas de paja brava, encontró una rica veta de plata nativa. Otros dicen que debido al intenso frío, encendió una fogata, cuyo calor fundió el mineral y aparecieron hilos de plata pura chorreando sobre la tierra. Huallpa dio aviso a Juan de Villaroel, quien junto a otros españoles se asentaron en el lugar y promovieron la fundación de la Villa Imperial en las faldas del Sumaj Ork’o. (9