La Paz, 12 feb.- Llegó el martes de ch'alla en Bolivia. Un día esperado por hombres, mujeres y niños sin distinción de clases sociales, quienes dotados de pétalos de flores, duraznos, lucmas, chicha, alcohol, azúcar, confites, además de serpentinas, banderines, globos y mixtura, entre otros insumos, adornarán su vivienda, terreno y pertenencias desde las primeras horas de esta jornada.

Decenas de vendedoras de estos insumos tuvieron mayor presencia durante la jornada pasada con el propósito de abastecer a la población de los insumos necesarios para ofrecer a la Pachamama (Madre Tierra) la libación ancestral.

Martes de Ch'alla venta de artículosTestimonios de las propias caseras que se dedican a la comercialización de estos productos revelan que el rociado con los insumos dulces y naturales se constituye en uno de los manjares más exquisitos y preciados para la deidad ancestral.

De acuerdo con el sociólogo David Mendoza, mientras los primeros siete insumos del listado se anotan como parte de los elementos utilizados por nuestros antepasados desde antes de la llegada de los españoles como parte de los festejos del Anata andino, los restantes son resultado de la instauración del Carnaval, fiesta heredada de los españoles.

“La ch'alla es una libación a través de la cual se alimenta a los dioses con rituales, ofrendas, música y danza, para que procuren condiciones óptimas para el crecimiento y la maduración de la cosecha, la producción de chuño y tunta”, explicó el sociólogo a Cambio.

Al respecto, el historiador Jesús Llusco informó que la tarqueada, la moseñada y la pinkillada son los ritmos de música con los que los pobladores de la región andina expresan a las deidades —desde antes de la Colonia hasta hoy— sus peticiones para conseguir mejor producción en esta temporada del año.

“En el campo se ch'allan las chacras y las tierras, luego todos bailamos. Es lindo”, relató doña Manuela, una pobladora de la provincia Los Andes, quien explicó que incluso se organizan entradas de danzas autóctonas, equivalentes al Jisk’a Anata o Anata Andino.

Según Mendoza, con el paso de los años esta costumbre abarcó distintos ámbitos y espacios. Es así que las ch'allas se realizan desde el viernes —e incluso antes— en los negocios y oficinas en el área urbana.

Martes de ch'alla en Bolivia

RITUALIDAD Y OFRENDAS

Entre los rituales ancestrales que se ofrecen a las deidades andinas en estos días se encuentran las waxt’as y las mesas, pero principalmente las chayawas.

Las waxt’as (ofrendas) se arman a nombre de Ispalla, Puqutur Mama y Llallaw Mama, que son las emanaciones de la Pachamama, a la que Mendoza denomina “la gran madre que nutre a la humanidad”.

Las ‘mesas’ —explicó el sociólogo— son los rituales instalados por amautas y yatiris en forma de “niditos que contienen ingredientes sabrosos para la Madre Tierra”, tales como hoja de coca, tabletas de azúcar prensadas en formas simbólicas, grasa y fetos de llama.

Éstos y otros insumos son quemados en honor de la Pachamama, en las ch'allas, willanchas, q’uwachas y chayawas.

Artículos para realizar la ch'allaCabe mencionar que las q’uwachas/q’uwadas son ofrendas de humo (sahumerios) efectuadas con q’uwa e incienso, mientras que las chayawas consisten en lanzar pétalos de flores y confites a las chacras, ofrenda típica para la época de precosecha y Carnavales.

MARTES DE CH'ALLA OFRENDA A LA PACHAMAMA

La ch'alla es una libación ancestral andina cuya práctica constituye una ofrenda a la Pachamama (Madre tierra), deidad venerada con el fin de obtener una cosecha óptima en la presente gestión.

Martes de ch'alla: Expansión del ritual a todo el país

El historiador Jesús Llusco explicó que el tradicional martes de ch'alla, también denominada chayawa, se constituye en una constumbre practicada en todas las regiones del país, sin distinción de clases sociales.

Según el experto, este ritual trascendió hacia los demás departamentos del país debido a la migración de habitantes paceños.

El sociólogo David Mendoza, entretanto, dijo que esta apetura se debe “al momento histórico que vive el país”, donde “ni los grandes empresarios se quedan excentos”. (Cambio)