La Paz, 10 mar.- El 10 de marzo de 2020 fueron confirmados los primeros casos de COVID-19 en Bolivia, días después el régimen de Jeanine Áñez estableció una cuarentena rígida seguida de improvisadas medidas, a diferencia del Plan Estratégico de Lucha contra el COVID-19 que implementó el Gobierno del presidente Luis Arce basado en tres pilares: diagnóstico temprano, coordinación a todo nivel y vacunación masiva.
“La primera ola estuvo caracterizada por una sola estrategia: la cuarentena rígida, que bien ha podido tener su efecto sobre el sistema sanitario, y como tal no podemos negar el grave efecto que ha tenido para con la economía del país, la afectación no solamente de la economía del país, sino del pueblo boliviano ya que se ve que gran parte de nuestro porcentaje poblacional se dedica a la informalidad”, señaló el ministro de Salud, Jeyson Auza, en una evaluación de la pandemia en Bolivia.
Indicó que en la primera ola se registró un total de 144 mil casos, versus esta segunda ola en la que se reportaron 110 mil casos. “Hay que analizar de que esta segunda ola ahora ha tenido mayor ritmo de contagio, mucho mayor al de la primera ola”, señaló.
Asimismo, detalló que en la primera ola se registraron 8.949 fallecidos; mientras que en la segunda se reportaron 2.896 fallecidos.
“Y esta diferencia es fundamental porque la letalidad ha sido mucho menor en esta segunda ola, tres veces menor, porque la tasa de letalidad en la primera ola era de 6.2 y la tasa de letalidad en esta segunda ola que estamos superando es de 2.6”, informó el Ministro.
En ese marco, Auza destacó que en la segunda ola se aplicó un Plan Estratégico de Lucha contra el COVID-19 basado en tres pilares: el diagnostico gratuito y accesible, la coordinación estrecha con los gobiernos subnacionales y el proceso de vacunación.
En esa dirección, el Ministro de Salud aseveró que el país se encuentra en un proceso de desescalada de casos, sin la aplicación de cuarentena rígida. (ABI)